El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Alicante ha investigado a tres
personas por un delito contra la salud pública, acusados de comercializar con medicamentos de uso veterinario de forma irregular. Se han inspeccionado cuatro establecimientos en las provincias de Alicante y Valencia en los que se han intervenido casi 7.500 comprimidos y más de un centenar de otros envases de distintos
medicamentos.
Las investigaciones se iniciaron tras una inspección realizada por los agentes en un establecimiento especializado en alimentación animal, en el que hallaron 100 comprimidos de medicamentos sospechosos, que fueron incautados y analizados, determinando que se trataba de una medicación cuya administración no está permitida en nuestro país.
Por este motivo, la Guardia Civil continuó con la investigación e inspeccionó otros tres establecimientos en los que fueron intervenidos otros 7.371 comprimidos que se estaban vendiendo en estos establecimientos de forma irregular, algunos de ellos porque su venta es ilegal en España; otros, porque aunque legales, se estaban vendiendo sin prescripción veterinaria, siendo ésta preceptiva para su distribución; y otros, porque aún a pesar de no estar sujetos a prescripción facultativa, requieren que el establecimiento esté autorizado, no siendo el caso.
Ante los hechos, los días 11 y 13 de julio fueron investigados dos hombres y una mujer, de entre 45 y 54 años, de nacionalidad española, responsables de los establecimientos infractores, situados en cuatro localidades de las provincias de Alicante y Valencia. Se han intervenido medicamentos destinados a uso animal, de entre los cuales 7.390 son comprimidos ilegales, 81 comprimidos están sujetos a prescripción veterinaria y se estaban expidiendo sin ella, y otros 128 envases de medicamentos no sujetos a prescripción, pero para cuya venta, los establecimientos inspeccionados no estaban autorizados.
El uso de medicamentos veterinarios no autorizados expone a los animales a riesgos para su salud. Además, si se trata de animales destinados al consumo humano, puede suponer riesgos también para el consumidor. Por otro lado, al comercializarse de forma clandestina y sin control sanitario, colateralmente producen otros perjuicios, por ejemplo, para el medio ambiente.
Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Denia.
La operación ha sido desarrollada por la Unidad de Protección de la Naturaleza (UPRONA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, que ha contado con el apoyo de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (EUROPOL) a la que se solicitaron datos sobre el origen de los medicamentos intervenidos,
procedentes de Alemania, Francia y Países Bajos, entre otros, y que permitió a los investigadores llegar hasta los investigados. También se ha contado con la colaboración del Área de Inspección de Farmacia de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública en Alicante y el Departamento de Inspección y Control de Medicamentos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).