El alcalde de Benissa, Arturo Poquert, se reunió hace unos días con la alcaldesa de Calp, Ana Sala, y el edil de Medio Ambiente, Pere Moll, para abordar los problemas derivados de la acumulación de cañas en la Barranco del Quisi que comparten ambos municipios. Un problema cada vez mayor dado su impacto en los episodios de fuertes trombas de lluvia.
Ya el pasado año ambos munícipes remitieron conjuntamente un escrito a la Confederación Hidrográfica del Júcar para solicitar que se realicen las obras necesarias para mejorar y garantizar la seguridad en el cruce entre ambos municipios por el Barranco del Quisi, justo donde el pasado año falleció un agente de la Policía Local de Calp. Además ambos ayuntamientos instalaron una serie de señales de peligro por badén con agua y se comprometieron a instalar vallas en ambos sentidos en caso de preemergencia por lluvias.
Ahora tanto Sala como Poquet piden la limpieza del barranco de cañas invasoras y van más allá pues se comprometen a trabajar por la renaturalización del barranco con especies vegetales autóctonas y convertir el barranco en una vía verde entre ambas poblaciones que permita rutas de senderismo y bicicleta.
La caña (Arundo donax) es una especie que lleva mucho tiempo en el Mediterráneo, pese a ser originaria de Asia, y desde hace unos años se está extendiendo de tal modo que ya es considerada como una especie exótica invasora que ha sustituido a la vegetación autóctona. La forma más recomendable de erradicar la caña consiste en fomentar la competencia biológica, es decir, recuperar la vegetación autóctona, para ello se propone la plantación de olmos, álamos, fresnos o sacuces y al mismo tiempo aplicar técnicas de solarización para acabar con las cañas.
Ambas administraciones se comprometen a trabajar conjuntamente para presentar a la Confederación Hidrográfica los informes técnicos oportunos que permitan desarrollar el proyecto de naturalización del Barranco del Quisi y unir ambas poblaciones a través de una gran vía verde.