Festes

La Fira de Tots Sants abre sus puertas en Dénia y trae de vuelta la tradicional noria

La noria ha sido siempre un clásico / Tino Calvo

Los niños ya pueden disfrutar de la Fira de Tots Sants en Dénia hasta el 5 de noviembre. Después de haber tenido que esperar un poco para su inauguración, por las fuertes rachas de viento, desde ayer sábado por la tarde numerosas familias comenzaron a pasearse por la feria. El Ratón Vacilón, los coches de choche, las colchonetas para saltar o El Saltamontes son solo algunas de las paradas que podemos hacer para subir la adrenalina. Pero si hay una atracción que algunos echaban de menos y ha vuelto, esa era La Noria.

 

 

Un año más, se desarrollará la campaña «ningún niño se quede sin feria», por lo que se repartirá una entrada entre los menores de los centros educativos de Dénia, La Xara y Jesús Pobre, en total «más de 6.000 entradas» ha señalado el concejal del área, Javier Scotto, a distribuir por el Ayuntamiento y la asociación de feriantes.

Los días del Niño serán el 24 y 26 de octubre, y el 5 de noviembre. Además el 26 de octubre será el día de la feria sin ruido, dedicada a las personas con diversidad cognitiva, como ya se ha llevado a cabo en anteriores ediciones.

Asimismo, otra obligación establecida por el Ayuntamiento es un circuito de hilo musical «que fue un éxito el año pasado», ha señalado Scotto.

  

Y la novedad de este año es una «acción específica y gratuita», a celebrar el 28 de octubre, por la mañana, entre las 11 y las 14 horas, destinada a todas las entidades que trabajan con personas con diversidad física o cognitiva, ha señalado el edil. Esta acción, ha apuntado, se gestionará a través de Bienestar Social, desde donde se contactará con todas esas entidades, tales como Condenados al Bordillo, Amadem, CEE Raquel Payà o Centro Ocupacional La Xara, entre otras; «para que puedan acudir con sus familias y cuidadores a esta jornada especial».

Niños y no tan niños están llenando de alegría Torrecremada para echar unas sonrisas sobre las atracciones o, para los que lo prefieran, comerse unos churros de La Caspolina, también todo una tradición.

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