El médico Régulo Lorente ya es Hijo Predilecto de El Poble Nou de Benitatxell. El miércoles, 20 de diciembre, acompañado de familiares, amigos, los miembros de la corporación, vecinos y vecinas, ha recibido el nombramiento en un acto celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento, donde se han reconocido los más de 40 años como médico de familia de todos los pobleros y pobleras.
“Hoy, al conferirte el título de Hijo Predilecto, no solo celebramos tus logros como médico, sino la huella imborrable que has dejado en todas y todos nosotros”, ha destacado el alcalde, Miguel Ángel García, quien ha asegurado que “es un modelo a seguir para las generaciones futuras. Como médico, pero sobre todo como persona. Puedes estar seguro de que tienes un lugar en el corazón de todos nosotros, y esperamos y deseamos que nosotros y nuestro municipio también podamos estar en el tuyo».
El alcalde y la concejala de Salud, Isabel Garrido, han hecho entrega a un emocionado Régulo Lorente de la placa que acredita este nombramiento. Después, el doctor ha tomado la palabra para agradecer el reconocimiento, que es “un orgullo y un privilegio”. Como todo reconocimiento, ha recalcado Régulo, “conlleva el compromiso de defenderlo. Y yo os aseguro que defenderé el nombre de Benitatxell durante toda mi vida vaya donde vaya”
El ya hijo predilecto de El Poble Nou de Benitatxell ha presumido de ser el médico que más tiempo ha estado de forma continuada en la historia del pueblo. “Cuando acabé la carrera, podría haber elegido otra ciudad, otro pueblo, pero elegí Benitatxell y estoy muy orgulloso”.
Por aquel entonces, a principios de los años 80, tal y como ha relatado, Régulo era un joven altruista y quería hacer una atención sanitaria muy cercana al paciente, lejos de las consultas de los hospitales y los ambulatorios de entonces, donde veían al paciente, pero no le conocían. “La medicina en el pueblo es una medicina en la que conoces a toda la población; todas sus enfermedades desde que nacen hasta que se mueren. Y para todo eso se necesita continuidad en el tiempo, que es fundamental para crear un clima de empatía, de concordia, de confianza en el médico, de cariño y de afecto”.
Tras narrar algunas anécdotas con pacientes a lo largo de sus 40 años de trayectoria en el municipio, ha confesado que le gustaría que el pueblo recordase que hubo un médico que estuvo toda una vida dedicada a prestar la mejor asistencia, “con sus errores y sus aciertos, pero siempre de la forma más cercana posible”.
Y, como seguro que no ocurrirá porque ha dejado ya una huella imborrable en todos los pobleros y pobleras que algún día pasaron por su consulta, ha finalizado el acto expresando que “no me gustaría morirme en el recuerdo de Benitatxell. Normalmente, los recuerdos de las personas que no se aman son superficiales y se borran pronto, pero el recuerdo de Benitatxell nunca se borrará de mi memoria”.
Tras el acto en el salón de plenos, todas las personas asistentes se han dirigido al Centro de Salud, donde se ha instalado una placa en su honor. Allí, la concejala Isa Garrido ha dicho unas palabras. “Al destapar esta placa, no solo estamos honrando a un médico ejemplar, sino también celebrando los valores que encarna: el compromiso inquebrantable con el bienestar de los demás, la compasión que ha guiado cada consulta y el legado de servicio que ha dejado en cada vida que ha tocado. Gracias en nombre de todo el pueblo”.
La huella imborrable del doctor Régulo
El doctor Régulo Lorente Reviriego llegó a El Poble Nou de Benitatxell a principios de los años 80, junto con su mujer Merche, procedente de un pequeño pueblo de Ávila llamado Candeleda. La intención era quedarse por poco tiempo, probar nuevos destinos, pero la hospitalidad y la acogida de los pobleros y las pobleras lo cautivó. Y aquí se quedó como médico de familia hasta el pasado mes de mayo de 2023, cuando decidió jubilarse a los casi 70 años.
A lo largo de sus 40 años como médico de familia en el municipio ha tratado a tres, e incluso cuatro, generaciones, siempre adaptándose a los cambios de cada época. Tuvo una pequeña consulta en la calle La Mar, en lo que después se conoció como Teleclub, y después se construyó un centro un poco más grande en la avenida de València, en el actual retén de la Policía Local. Allí tenía su consulta y al lado su vivienda, por lo que no era extraño que algún vecino o vecina llamara a su puerta en plena noche para pedirle ayuda o consejo. Fue ya en 2006 cuando abrió el actual Centro de Salud en la plaza de les Pesqueres.
Lo que no cambió nunca fue la devoción por su profesión y la complicidad con sus pacientes, que le han otorgado el inmenso cariño de toda la gente del municipio. Así se lo demostraron el mes de mayo en un acto homenaje por su jubilación. A pesar del mal tiempo, centenares de personas quisieron acompañarle para darle las gracias y transmitirle sus mejores deseos. El Centro Social estaba abarrotado, incluso se tuvieron que instalar pantallas en el exterior por falta de sitio para todos los allí presentes. Desde hoy, es el primer Hijo Predilecto de la historia del municipio en democracia.