“No son ofertas de salida para negociar”. “Están muy alejadas de lo que consideramos mínimas”. Así se pronuncia el presidente del Comité de Empresa de los trabajadores de Bimbo, en El Verger, José González, tras las dos primeras reuniones mantenidas con la empresa, ante el cierre de la planta.
Sendos encuentros se han mantenido esta semana. El primero, el martes 16 de enero, de mero trámite, en el que la empresa les entregaba una serie de documentación y la memoria justificativa de los motivos por los que cierra la planta vergelense. Y el miércoles, 17 de enero, ya se ponía sobre la mesa las propuestas y contraprestaciones que ofrece la empresa y la réplica de los trabajadores, quien inciden en su intención de revertir la decisión y mantener abierta esta fábrica. Según los trabajadores, desde la empresa se indicaba que esta planta necesita inversiones millonarias para actualizarlas a las medidas sanitarias y de seguridad.
En cuanto a la oferta a los trabajadores, González explica que «la ley obliga» a la empresa a los mayores de 55 años a pagarles la cotización hasta los 63 años. Así como, a contratar a una empresa de recolocación, para quienes decidan marcharse, para que les ayuden a buscar trabajo, pero durante seis meses. Periodo que al Comité de Empresa les parece insuficiente.
Otra opción planteada por la empresa es la recolocación de la plantilla en otras fábricas que tienen por la geografía española. Es el caso de Paterna, Guadalajara, Santa Perpetua de Mògoda (Barcelona) y Puente Genil (Córdoba). No obstante, estas reubicaciones se realizarían según el número de personas que caben en cada una de estas plantas. Al respecto, la empresa ofrece una compensación económica para cubrir gastos a aquellos trabajadores que opten por el traslado, cambiando su domicilio. Para quienes acepten la reubicación, pero sin cambio de domicilio se les ofrece una cantidad monetaria para cubrir el desplazamiento.
Por otro lado, en cuanto a la indemnización para quienes no opten por la recolocación, es un «despido objetivo», con una compensación económica de 20 días por año trabajado, con límite de un año de salario.
Desde el Comité de Empresa califican estas propuestas como «burla o ridículo»; añadiendo que «el despido no puede ir en esos términos«. González incide en que lo que piden es «una buena salida» porque les han «destrozado la vida», «nos hacen empezar prácticamente de cero». Y señala que esas ofertas «están muy alejadas de lo que consideramos mínimas».
Los trabajadores «nos reservamos el derecho a convocar movilizaciones». De hecho, hasta la próxima reunión el miércoles que viene, comenzarán los trámites para convocar algún tipo de acción de protesta, ya sea una manifestación o huelga.
También tienen previsto una nueva reunión con el alcalde de El Verger, Basili Salort, con quien ya han mantenido un encuentro previo a principios de esta semana.