Medio siglo. Ese es el tiempo que hace que Dénia dejó de estar conectada ferroviariamente con Gandía. El 10 de febrero de 1974, el tren que unía sendas ciudades hizo su último trayecto; cerrándose la línea el 11 de febrero. Desde entonces, 5 décadas, 50 años de promesas políticas y electorales incumplidas; manifestaciones y otros actos de protesta sociales que han caído en saco roto.
Para profundizar un poco más en el tren, su impacto, los motivos de su cierre y sus consecuencias ha visitado el ‘primer café’ de Dénia FM, Pepe Ronda, diseñador industrial, de familia de ferroviarios, aunque él no se dedicó a ese oficio, aunque sí ha estado muy vinculado al mismo, en sus últimos años profesionales, haciendo anteproyectos de edificios y obra física relacionada con el ferrocarril. Un investigador nato sobre el tren, quien ha sido consultado, incluso, en más de una ocasión, por representantes de la Administración Pública.
La línea Gandia- Dénia se inauguraba en el año 1884. La ciudad tenía una «gran expansión» y el «ferrocarril era una necesidad». Su apertura se produjo 20 años después de la puesta en marcha, en 1864, del tramo Carcaixent-Gandia «en caballería, en tracción de sangre, y se aprovechó ese tramo», recuerda Ronda. Tras obtener el Marqués de Campo la concesión de la línea, se prolonga hasta Dénia. Ronda señala que la llegada del ferrocarril «supuso desde el punto de vista económico, un gran avance», quien apunta que el tren «llegaba hasta el puerto», que por aquel entonces gozaba de un gran tráfico.
El tren Gandia-Dénia se mantuvo en funcionamiento durante 90 años, hasta febrero de 1974. Entre los motivos de su cierre, se ha hablado de varios. Al respecto, Ronda señala que «se dijo que el culpable era la Unió de Benissa, cuando ahí no tenía nada que ver», «se podría hablar de un sindicato del transporte por carretera muy fuerte, que estaba en el triángulo de Gandia; la Ribera Alta era Carcaixent, Alzira, Algemessí, donde estaban las grandes flotas de camiones que llevaban las naranjas fuera».
En la década de los 60 se reconvierte la línea estrecha Silla-Cullera en vía ancha, con la intención de ampliarla hasta Gandia. Se anuncia el cierre de Carcaixent- Gandia, lo que provoca protestas, recuerda Ronda, consiguiendo que se mantengan unos años más, hasta que en 1969 se cierra esta conexión ferroviaria, y cinco años más tarde se cerraría la de Gandia-Dénia, que ya no volvería a abrirse.
Al respecto, también recuerda aquella foto del último viaje del tren, en el andén de la estación de Dénia, en un ambiente entre la población de esperanza de que alguna vez volvería a ponerse en funcionamiento esta conexión ferroviaria. Solo hubo una persona, señala Ronda, que tenía claro que eso no se produciría, Armando Lemos Marí, interventor del tren.
Desde entonces, la vía ancha sí que ha llegado a Gandia, pero no a la capital de la Marina Alta, pese a las promesas (como hemos indicado al principio) a lo largo de estos años. La última promesa, ya saben, la construcción del tranvía Gandia-Dénia.
