
Estos días, varios testigos han compartido en redes sociales imágenes de lo que parecían unas medusas sobre la orilla de la playa de Les Rotes, en Dénia. Aunque se creía que podrían ser carabelas portuguesas, se han encontrado con un curioso visitante marino que mucho dista de la medusa que conocemos: la velella velella. Su aspecto puede recordar al de una pequeña medusa flotando entre los cantos rodados, pero no hay motivo para alarmarse.
Tal como explica Toni Martínez, responsable del Servei Ambiental Marí de Dénia, se trata de una especie completamente inofensiva. “No tiene poder urticante ni produce rozaduras”, asegura. Es habitual que en primavera lleguen a las costas del Mediterráneo ejemplares de velella velella, arrastrados por los vientos y las corrientes marinas.

¿Qué es la velella velella?
La velella velella es un hidrozoario, un organismo marino flotante que pertenece a la misma familia que las medusas y las carabelas portuguesas, aunque con una diferencia importante: no es urticante. Se caracteriza por tener una pequeña estructura rígida en forma de vela, que le permite desplazarse impulsada por el viento sobre la superficie del mar. Por este motivo, a veces se le conoce popularmente como “barquito de vela” o “vela púrpura”.
En esta zona del Mediterráneo es habitual verlas durante la primavera, especialmente cuando soplan vientos persistentes de levante o de mar hacia tierra. Estos vientos las empujan desde mar abierto hasta la orilla, donde acaban varadas en las playas. Aunque su presencia puede sorprender a los bañistas, la velella velella forma parte de los ciclos naturales del mar y es un buen indicador de la salud del ecosistema marino.