El CD Dénia cerró la temporada de la peor manera posible, con una derrota, la octava consecutiva, lo que refleja la difícil situación que ha vivido la plantilla en las últimas jornadas. Con una desconexión total, el equipo groguet llegó al tramo más crucial de la campaña completamente desmoronado, y tras estos 24 puntos en disputa, no ha sumado ni uno solo.
En este último encuentro de la temporada, el equipo que más se jugaba era el equipo local, que tenía la oportunidad de conseguir la clasificación para la promoción de ascenso. Y pese a la presión, los locales comenzaron con mucha intensidad. Apenas se había sobrepasado el cuarto de hora cuando llegaron al primer tanto, lo que les dio la tranquilidad para controlar el resto del partido.
Convidado de piedra
Por su parte, el CD Dénia, liderado por Juanjo Antolí, no fue más que un convidado de piedra en una fiesta que se desató rápidamente en la grada. A lo largo del encuentro, los jugadores dianenses mostraron algo de voluntad y entrega, pero su rendimiento en el campo dejó mucho que desear, ya que el juego de equipo brilló por su ausencia.
En la segunda mitad, los resultados que llegaban de otros campos favorecían a los locales, lo que provocó gran alegría en las gradas y una concentración cautelosa en el terreno de juego. Al final, el equipo que dirige Kikín logró alcanzar la promoción de ascenso, acompañado por el Independiente Alicante. El Hércules B, por su parte, se consagró campeón del grupo y ascendió directamente.
La temporada, que quedará marcada por el fracaso deportivo al que se une el social del CD Dénia, deja a la directiva que preside Juan Benavente con muchas reflexiones para la próxima campaña.