Un verano más, regresa el debate sobre el impacto de las algas en las playas de Dénia y su influencia en el disfrute de los bañistas. Lo que refleja la compleja relación entre la preservación natural de la costa, la afluencia turística y los efectos de la erosión, un desafío que persiste en la actualidad.
Una vecina, residente desde hace 25 años en Dénia, ha denunciado, ante el Ayuntamiento dianense, primero; y ante la redacción informativa de Dénia FM, las montañas de algas que se amontonan en la orilla de la playa del Raset, desde hace alrededor de una semana.
La residente, al igual que otros vecinos suyos, reconoce las bondades de las praderas de posidonia, señal de la calidad, biodiversidad y salud ambiental de nuestras aguas; además de respetarlas, ratifica. No obstante, asegura que no está hablando de estas, sino del depósito de una “gran cantidad” de algas secas y que se está pudriendo, dificultando el acceso al agua de los usuarios de esta playa.
Afirma que “aún no se encuentra en fase de mal olor, pero sí de presencia de moscas y mosquitos”, y la “incomodad para los bañistas”, además de “no parecerme higiénico”.
Esta vecina se pregunta sobre el valor de dejar esas “algas muertas” en la orilla de la playa, y si se debe, entre otros motivos, para mantener los niveles de arena del litoral. Aun así, lamenta que “no es compatible con la entrada y salida al baño”.
Ha dado traslado de la situación tanto al administrador de la urbanización, donde reside, como también en diversas ocasiones con el Ayuntamiento de Dénia.
Finalmente, ha obtenido respuesta por parte del departamento de Medio Ambiente, señala, desde donde se le ha comunicado que la acción se realiza conforme a la normativa que regula la retirada de los restos de posidonia.
Pese a la respuesta, tiene previsto remitir un escrito al propio Consistorio exponiendo su queja, con la intención de conocer una explicación sobre esta normativa, su compatibilidad con la salubridad de los bañistas.
Aun los criterios medio ambientales, considera que “no tiene sentido desde el punto de vista sanitario” y “desde el punto de vista turístico es rechazable”.
