Hoy nos han visitado en el programa «Desde la Grada», en DéniaFm, los árbitros de baloncesto, Fernando Calatrava y Ainoa Martín. Calatrava es uno de los colegiados internacionales que desarrolla su trabajo en la ACB, mientras que Martín es colegiada de la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana. Ambos han hecho una reflexión sobre la falta de educación deportiva y las tánganas en el deporte base
Cada fin de semana se repiten hechos lamentables en el deporte base español, donde tánganas y situaciones de violencia entre jugadores, entrenadores y aficionados se han vuelto demasiado comunes. Estos incidentes no solo empañan la esencia del deporte, sino que también dejan una huella negativa en los jóvenes que participan en estas competiciones. La raíz de este problema, según muchos expertos, está en la falta de educación deportiva que existe en la sociedad española.
Educación deportiva
Calatrava, un experimentado observador de la situación, expone que en países nórdicos la educación deportiva está muy bien trabajada y asumida desde edades tempranas, lo que hace que incidentes de este tipo sean casi imposibles de ver en esos contextos. En países como Suecia, Noruega o Finlandia, la cultura del respeto, la disciplina y la deportividad está profundamente arraigada, y la educación deportiva se enseña en las escuelas y se refuerza en cada ámbito deportivo, desde los más pequeños hasta los profesionales.
Esta falta de cultura deportiva en España se refleja no solo en el comportamiento de los jugadores en el campo, sino también en la actitud de los padres y aficionados que, en ocasiones, se ven envueltos en estos conflictos, creyendo erróneamente que el fútbol (o cualquier otro deporte) es solo una competencia y no una herramienta de formación de valores.
Reflexión profunda
Se debe hacer una reflexión profunda sobre el futuro del deporte base en España. Si no se inculcan principios de respeto y tolerancia, los jóvenes deportistas crecerán en un entorno donde la violencia y la agresividad se ven como parte del juego. Además, los entrenadores y clubes deben asumir una responsabilidad en este sentido, enseñando a los más jóvenes que, si bien la competencia es esencial, los valores humanos y deportivos deben prevalecer siempre.
Es urgente que se tomen medidas a nivel educativo y social para promover una cultura deportiva donde predominen los valores de respeto, compañerismo y fair play. Los clubes, federaciones y autoridades deportivas tienen que ser más estrictos en cuanto a las consecuencias de comportamientos violentos en todos los niveles, especialmente en el deporte base, donde los jóvenes están aprendiendo más que técnicas deportivas.
Solo así conseguiremos un futuro deportivo más saludable y evitar que el fútbol y otros deportes sigan siendo escenario de violencia innecesaria que desvirtúa el verdadero propósito del deporte: educar, formar y divertir.
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