El ex presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig y actual embajador delegado permanente en París ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) presentaba, el lunes 26 de febrero por la tarde, su libro ‘Una idea d’esperança’, en el centro social de Duanes de la Mar, en Xàbia.
El acto, conducido por el periodista Quico Arabí, contaba con la intervención del diputado autonómico del PSPV-PSOE y ex alcalde de Xàbia, José Chulvi, uno de los colaboradores más próximos del presidente Puig en las dos legislaturas de gobierno del Botànic. En la presentación también estuvieron los alcaldes socialistas de Dénia y Pego, Vicent Grimalt y Enrique Moll; además de otros representantes políticos del partido en la Marina Alta.
En el libro, Puig aborda algunos de los principales ejes de su pensamiento político, progresista, social y federalista, centrado en los retos que ha de abordar la Comunitat Valenciana. El ex presidente de la GVA asegura ser un firme creyente «en la humanidad» y considera «que el futuro que tiene que venir no tiene que ser peor que el pasado; sino que puede ser mejor que el pasado, y lo tenemos que hacer posible entre todos, pensando que aquellos valores de la ilustración, son vigentes y el mundo ahora está en las mejores condiciones posibles para avanzar en esos valores». Apunta que «en la Comunitat Valenciana, en la medida de nuestras posibilidades hemos avanzado en esa dirección y creo que ese es el camino. Lo que queremos es que no sea un paréntesis entre dos nadas, sino que dentro de poco, pueda continuar un proyecto de progreso para los valencianos y valencianas».
Puig señala que «en estos años pasados se demostró que era posible trabajar por la cohesión, por el aumento de los valencianos por decidir y hacer una sociedad mejor» y considera que «que ese es el camino». No obstante, observa «un retroceso«, y desde su perspectiva «es muy grave que la extrema derecha esté en el gobierno valenciano por lo que significa para la cultura, la lengua, derechos medio ambientales y los ejes de progreso; pero creo que si los valencianos somos capaces de mirar hacia adelante eso sí será un paréntesis».
En cuanto a los desafíos futuros, señala que «tenemos muchos», pero también «muchas oportunidades». Y apunta que «en estos ocho años, hemos conseguido tener una buena reputación en España y Europa, y los indicadores económicos y sociales vayan a mejor». Apuesta por «continuar avanzando para superar las desigualdades, también los desequilibrios territoriales y garantizar nuevas expectativas a los ciudadanos». Al respecto, añade que «los jóvenes tienen un grave problema que tiene que ver con la vivienda«, pero «en cualquier caso vamos a incidir, y sobre todo en la arquitectura moral de la sociedad que es la cultura«.
Para Puig, «la cultura no es una cuestión menor, todo lo que es el hecho de una sociedad tienen que ver con sus raíces y capacidades de ver el mundo» y no esconde que «lo más importante es la igualdad entre hombres y mujeres y terminar con la violencia machista«.
En cuanto a su cargo como embajador de la OCDE, considera que es «una oportunidad personal y para los valencianos», ya que «es la primera vez, desde el año 1961 que hay un embajador valenciano». Al respecto, afirma que «voy a intentar aprender y aportar lo que pueda desde una visión diferente».
También se refería a la confianza en la nueva secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, y el equipo que surgirá del Congreso; asegurando que «es muy importante que sea una mujer la que encabece la esperanza».