El centro de Dénia se vistió para uno de los momentos más esperados de las fiestas de Moros y Cristianos: el Gran Desfile de Gala. Durante 4 horas y 45 minutos, el bando cristiano y el bando moro tomaron las calles con armaduras, bailarines, espadas al cielo, jinetes, carrozas y muchas sorpresas.
Capitanías cristiana y mora
Las capitanías de la Filà Hospitalaris y la Filà Alkamar, encabezadas por Santiago Escortell y Llanos Ygarza, respectivamente, ocuparon la parte central del desfile con mucho carácter.
Escortell enfocó su boato a la representación histórica en cuatro actos de la toma de Valencia, allá por el siglo XIII, y conjugó solemnidad con relatos, acompañado de batallas y danzas. En la carroza del propio capitán, un dragón acompañaba en la retaguardia para cubrir su paso, siendo un icono clásico del rey Jaume I.

Por su parte, Ygarza quiso representar su bando con «Los Cinco Elementos«; Aire, Tierra, Fuego, Agua y un quinto, el Éter. Cada uno representaba un bloque tematizado donde los colores y las formas fueron predominantes y adecuados al elemento correspondiente; danzas, teatros, espectáculos de fuego y por supuesto, escuadras tematizadas con cada color, cerrando con la propia capitana como elemento del agua.

El resto de filaes lucieron sus mejores galas, dejando el listón muy alto. Hubo momentos de tensión durante el desfile, como la caída de un jinete batidor de la filà Deniers, que finalmente pudo volver a montar y terminar el recorrido. Aunque también la jornada dejó un debate sobre la mesa: ¿Podría dividirse el Desfile de Gala en dos días, uno para cada bando? Los festeros parecen tener una respuesta clara, pero el tiempo dirá.

































































































































































































































































































