Gastronomia

La mona, nuestro dulce de Pascua

Durante estos días no puede faltarle a ningún niño su mona de Pascua

Estamos en Semana Santa y no puede faltar la mona de Pascua. Toca romper el huevo en la frente y comerse este dulce tan tradicional de estas fechas. Pero, es posible que no conozcas de dónde viene esta costumbre ni su nombre «mona».

Por qué se llama mona

Procede de una palabra árabemunna mouna, que significa “provisión para la boca”. Esto era un regalo de comida que los musulmanes hacían a sus señores.

Origen 

La mona de Pascua es una tradición muy antigua que se celebra, sobre todo, en la Comunidad Valenciana, Cataluña, Baleares, Aragón y algunas zonas de Murcia y Castilla – La Mancha. Sin embargo, su origen no está en España.

Allá por el siglo XIX los reposteros alemanes, franceses e italianos empezaron a preparar huevos de chocolate con algún regalo dentro. Esta novedad se popularizó entre los cristianos, que comenzaron a hacerlo en las fechas de Pascua.

La novedad recorrió toda Europa, y arraigó fuertemente en España. Desde entonces, el huevo de chocolate ha ido evolucionando hasta convertirse en pequeñas, y no tan pequeñas, obras de arte.

Sin embargo, antes de la introducción del huevo de chocolate el adorno era de huevo duro, costumbre que se sigue manteniendo en la Comunidad Valenciana.

El asunto del huevo tiene también su historia. ¿Por qué un huevo? Podría venir de la mitología egipcia, donde se identifica a este alimento con el Ave Fénix, aunque también hay tradiciones paganas que lo asocian a la fertilidad.

¿Sabes preparar la mona?
La mona tradicional es un bizcocho similar al pan quemado. Se prepara con huevo, harina, azúcar y sal, y tarda más de una hora en estar listo. Se adorna con un huevo o huevos (de chocolate o cocidos). En Barcelona se suelen hacer completamente de chocolate. Lo habitual es que padrinos o abuelos se lo regalasen a sus ahijados o nietos, lo que se hacía hasta que el niño se confirmaba o cumplía los 12 años.

El huevo en la frente

La costumbre en Valencia es estampar el huevo en la frente de alguien sin que se dé cuenta. No hay un significación especial, es simplemente una broma que ha continuado en el tiempo.

Antiguamente, el niño debía ir con ropa nueva por el refrán “Domingo de Ramos, el que no estrena no tiene manos” a recoger la mona a casa de su padrino.

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