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Qué ver y qué hacer en Benissa

Lo mejor para sacar partido a tu visita al municipio alicantino
Cala Llobela en Benissa / Ayuntamiento de Benissa

Benissa es un destino de la Marina Alta que recibe cantidad de visitantes tanto nacionales como internacionales atraídos por sus calas, su gastronomía y el encanto de su centro histórico. Es un municipio que combina muy bien el estar tirado en la playa con disfrutar de un turismo más activo ya que cuenta con parajes naturales para hacer rutas de senderismo y bicicleta. La localidad cuenta con un término municipal bastante grande. A pesar de que el centro del pueblo está en el interior, Benissa tiene cuatro kilómetros de costa. Sus playas están en una de las zonas más chulas de la comarca, entre Calp y Moraira y cada cala tiene sus particularidades. Además, Benissa tiene uno de los cascos antiguos más bonitos y mejor conservados de la comarca donde conocer un poco mejor la historia de la zona. Con todo, la visita a este municipio alicantino puede resultar de lo más interesante y completa. Estos son los imprescindibles para todo aquel que decida pasar unos días en Benissa.

Qué hacer en Benissa

1. Subir al Forat de Bernia

El extenso término municipal de Benissa hace que podamos pasar del nivel del mar a estar a 1100 metros de altura en la Sierra de Bernia. Una de las rutas de senderismo más conocidas es la que lleva al Forat, un túnel en la roca de unos 15 o 20 metros de longitud que lleva a un balcón natural con increíbles vistas al Mediterráneo, Altea y gran parte de la Marina Baixa. La cumbre pertenece a Xaló pero el acceso más habitual al inicio de la ruta se hace desde la Partida de Pinos, perteneciente a Benissa.

Por otro lado, no se puede dejar de lado la Sierra de Oltà, un lugar tranquilo para caminar y disfrutar de las vistas hacia Calp y el Peñón d’Ifach. También es interesante la Ruta dels Riberers, un recorrido circular de unos 12 kilómetros donde aprender sobre el camino que realizaban los agricultores y jornaleros que se desplazaban a la Ribera del Júcar a trabajar en la siembra y recogida de arroz.

Fuente: Ayuntamiento de Benissa

2. Callejear por el centro histórico

Es uno de los centros históricos medievales mejor conservados de la provincia junto con Dénia y Xàbia. Al estar en el interior a veces permanece oculto ante los turistas que deciden quedarse solo en el litoral. Puede que por este motivo conserve su autenticidad y esencia mediterránea. Callejear por el casco antiguo es un must si pasas por Benissa. Destaca la Iglesia de la Purísima Xiqueta, conocida como la Catedral de la Marina y la Placeta de l’Esglesia Vella con lo que queda de la antigua iglesia-fortaleza. Las calles más emblemáticas por las que debes pasar son la Calle Desamparados y la Calle Purísima, con las típicas casitas blancas con persianas azules. No hay que olvidarse de pasar por el Ayuntamiento. El edificio del consistorio era el Hospital Muicipal en 1790. Y, por último, la Casa Museo Abargues bien merece una visita. Se trata de una casa palaciega de los siglos XVIII-XIX que conserva en cada una de las estancias los objetos de la época. Es una forma de viajar en el tiempo y descubrir cómo vivían los nobles de la época.

3. Caminar por el paseo ecológico

El paseo ecológico de Benissa es una senda que discurre al lado del mar donde pasear tranquilamente. Está ubicado a diez kilómetros del centro urbano, en la zona de las playas. Es un recorrido de unos tres kilómetros que conecta unas calas con otras y cuenta con pequeños miradores, bancos para descansar y contemplar las vistas y paneles explicativos que cuentan la historia del patrimonio cultural y el ecosistema.

4. Degustar la gastronomía local

El plato estrella de la localidad es el Putxero de Polp o puchero de pulpo, de origen marinero. Consiste en un guiso elaborado con el pulpo, garbanzos, patatas, verduras y arroz. Aunque, por descontado, el pulpo y el resto de productos del mar los encontraremos en varias modalidades incluyendo arroces. Por otro lado, Benissa también cuenta con hornos de leña tradicionales donde se preparan las típicas cocas de la comarca. En el centro histórico se puede encontrar gran variedad de cocas, montados y tapas con productos locales como figatells o sobrasada. Los embutidos, son otro los puntos fuertes de Benissa que podrás encontrar en las carnicerías. Destaca la butifarra, la “bufa” (morcilla redonda) y el “blanquet” (morcilla blanca).

5. Disfrutar de las playas y calas

Cada una es única y merecen mucho la pena. La playa La Fustera es una playa natural de arena fina con bandera azul. Es la mas amplia, de fácil acceso e ideal para pasar el día con toda la familia o para practicar deportes náuticos como el paddle surf. Tiene chiringuitos, aparcamiento y se puede acceder por el sendero ecológico. En cambio, si prefieres algo pequeño y menos frecuentado dirígete a Cala Pinets. Es una playa de cantos rodados y rocas así que te harán falta las cangrejeras. Si todavía no es temporada de baño es un rincón perfecto donde sentarse y relajarse con un buen libro y disfrutar de los colores del atardecer. Además, se puede realizar una excursión hasta la conocida Mar Morta i Roques Negres. Pero, si todavía prefieres una cala más virgen y natural no puedes dejar pasar Cala Llobella y su gran pared rocosa. La Platgeta de l’Advocat, por otra parte, es conocida por el espigón que protege del oleaje y durante el periodo estival tiene un chiringuito en el que desayunar, picar algo o tomarse una cerveza frente al mar. No hay que olvidarse de la Cala Baladrar, con una de las mejores panorámicas del Peñón d’Ifach y un chiringuito que ofrece música en directo.

Fuente: Joan Banjo

6. Mirador de Pedramala

Para despedir la visita, quizás te apetezca acercarte a este mirador también conocido como el Balcó dels Gracies. Se trata de un lugar elevado al que se puede llegar en coche través de una urbanización de chalets y disfrutar de una panorámica. Hay bancos para sentarse y un pequeño jardín. Se puede aprovechar también para hacer la Ruta de las Ermitas. La extensión del término municipal de Benissa propició el desarrollo de diversos núcleos rurales dispersos por el mismo. Y muchos de estos levantaron pequeñas ermitas que son verdaderas joyas. Un paseo en tu vehículo privado por algunas de ellas como la de Pedramala, Lleus o Benimarraig completará tu visita a Benissa.

7. Rutas BTT

Por último, si eres amante del ciclismo, Benissa es un destino muy atractivo para practicar este deporte. Hay dos rutas, una que atraviesa la Sierra de Bernia y otra circular que pasa por Xaló.

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