Cultura

Wilson Ferrús gana el premio de Investigación Puig Llorença de Benitatxell

Lo hace con un estudio sobre la purga franquista en la administración pública partiendo del caso poblero
Ganador y concejal / Ayuntamiento del Poble Nou de Benitatxell

La convocatoria del Premio de Investigación Puig Llorença de 2022 ya tiene ganador. El estudio ‘La represión administrativa y profesional en tiempo de paz: depuración y purga ideológica. El caso de El Poble Nou de Benitatxell’, del catedrático de Lengua y Literatura y profesor asociado de la Universitat de València Wilson Ferrús, ha sido el trabajo elegido por el jurado.

Se trata de un trabajo de investigación que, partiendo del caso concreto de El Poble Nou de Benitatxell, trata de teorizar sobre la represión política e institucional en la administración pública contra funcionarios y trabajadores públicos una vez acabada la guerra e instaurado el régimen franquista.

Tal y como indica el propio Ferrús en la publicación, “hemos tratado de constatar que, una vez finalizada la guerra, no se posibilitó ni se pretendió el fin de la represión y de la violencia, no se dejó de castigar, depurar, purgar; y no cesó en ningún momento la actitud de revancha ni de venganza”. En la administración pública concretamente, que es sobre lo que versa principalmente este estudio, se edificó una práctica con la que, según el estudio, “se premiaba los adictos al Glorioso Movimiento Nacional y se condenaba a la miseria económica y social y el ostracismo más absoluto a los funcionarios y trabajadores públicos considerados enemigos del nuevo régimen”.

En el Poble Nou, esa depuración, que tenía que hacerse efectiva antes del 31 de diciembre de 1939, queda constatada en las actas de las primeras sesiones celebradas por el nuevo Ayuntamiento franquista. Es decir, hay constancia que se llevó a cabo, pero no se han encontrado los expedientes de depuración. “Cuando consulté toda la documentación necesaria para el trabajo en el archivo municipal, los expedientes de depuración no aparecieron por ningún lugar”, asegura Ferrús. El investigador sí que pudo consultar la relación de la plantilla, donde se observan algunos cambios de un año al otro, a pesar de que los datos apuntan que no se produjeron como consecuencia del proceso de depuración.

Un proceso de depuración sobre una plantilla muy reducida, donde Ferrús destaca la dimisión de Joaquín Marqués, oficial de secretaría desde 1937. “Una evidente autodepuración”, indica el autor, de una persona que formaba parte del Comité de Enlace en representación del Partido Socialista. Una víctima, pues, de la represión profesional franquista que también se tendrá que enfrentar a un tribunal militar y a quien Ferrús le dedica un apartado específico.

El trabajo también constata que, como en otros muchos pueblos pequeños de carácter rural, los cambios y progresos de la República no llegaron. A nivel ideológico, social y cultural todo continuó igual. Las administraciones siguieron, durante el periodo republicano, con la única excepción de la etapa bélica, gobernadas por los mismos pequeños propietarios procedentes de la derecha tradicional, conservadora y clerical, que nunca habían formado parte de Falange ni del fascismo histórico, hecho que justifica que no se produjera una violencia y una purga excesiva en la administración local los primeros años del franquismo. Después de la guerra, los descendentes de la vieja estructura caciquil que había ostentado el poder económico y social, vuelve a recuperar el poder político municipal, ahora, poco a poco, encuadrados dentro del partido único franquista.

En cuanto a los maestros, el estudio constata que no se produjo ninguna sanción como resultado del proceso de depuración. De los siete maestros estudiados vinculados a la localidad (Jesusa Bolufer y Vicente Llobell, con plaza en propiedad en El Poble Nou; Dolores Marí, que ejerció como interina entre mayo de 1937 y el fin de la guerra; Francisco Bolufer y su esposa Restituta González, que tenían su plaza en la localidad de Biar; el cursillista de 1936 Vicente Pascual, poblero con plaza interina en Benissa, y el joven falangista J. María Bolufer, que en el momento que se produjo el golpe de estado estudiaba Magisterio bajo el avanzado Plan Profesional republicano) ninguno fue sospechoso ni sancionado, hecho que contrasta con el conjunto de la comarca de la Marina Alta, tal y como también ha estudiado y ha publicado el autor de la investigación.

Las fuentes consultadas para este estudio son numerosas. Desde el Archivo Histórico Provincial de Alicante, el Juzgado de Dénia, el archivo de Xàbia o el propio de Benitatxell, entre otros; a una extensa bibliografía, donde destaca la historia local de Pepe Cano, quien Ferrús tilda de “referente”; hasta fuentes orales como la d Pedro Pascual, hijo de Vicente Pascual, uno de los maestros antes mencionados.

De hecho, tanta es la información que Wilson Ferrús ha recopilado, que ya ha avanzado que tiene la intención de seguir ampliando el trabajo de investigación con una segunda parte dedicada a la represión física y a las más de 20 personas de la población que sufrieron persecución, consejos de guerra y falta de libertad.

Porque una de las principales razones de ser de este tipo de trabajos es, tal como afirma el autor, “hacer pedagogía de la memoria para garantizar que la barbarie y el terror no se vuelva a repetir. Hay que defender los valores democráticos y los derechos humanos frente a los fascismos, los autoritarismos, los fanatismos. Es necesario saber dónde nos han llevado los mensajes de odio, de rencor, de buenos y malos, de intolerancia… que ahora se vuelven a repetir”.

Toda la gente interesada en conocer con más profundidad el estudio, tendrá la oportunidad de hacerlo el próximo mes de mayo, ya que se está organizando su presentación en un acto público en el marco de las Fiestas de la Rosa. Además, posteriormente se editará y se pondrá a la venta en formato de libro.

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