Estiu

El mundo celebra la llegada del verano

La Noche de San Juan, una de las más mágicas

La llegada del verano ya esta aquí, posiblemente es uno de los momentos más esperados del calendario, y el fenómeno astronómico que marca el cambio de estación es también uno de los más celebrados. El solsticio, que se corresponde con el día más largo y la noche más corta en el hemisferio norte, se producía este miércoles 21 de junio a las 16 horas y 58 minutos. Era el momento en que se daba paso al verano, que durará 93 días, hasta el próximo 23 de septiembre.

Solsticio de verano

Cuando se produce este fenómeno, el sol alcanza la máxima altura, situándose directamente sobre el Trópico de Cáncer. Una posición que apenas cambia durante varias jornadas y que hace que los días sean más largos. A partir de ahí las jornadas comienzan a acortarse poco a poco, hasta el equinoccio de otoño, en el que la duración del día y de la noche es similar.

En este evento astronómico confluyen dos factores: la inclinación de la Tierra sobre su eje -aproximadamente 23,5 grados- y su movimiento en órbita alrededor del sol. El solsticio de verano en uno de los hemisferios de la Tierra ocurre cuando esta mitad del globo está inclinada lo más cerca posible del sol, por lo que recibe la máxima luz diurna.

En el hemisferio norte, el solsticio de verano generalmente ocurre el 20 o el 21 de junio, aunque muy raramente también puede suceder el 22 de junio -el próximo que coincide con esta fecha será en 2203-, y el 19 de junio -el próximo será en el año 2488-.

Celebraciones

La noche más corta del año se conmemora prácticamente en todo el mundo, aunque su interpretación varía según las diferentes culturas. En todo caso, la mayor parte de las celebraciones nacieron como rituales asociados a la fertilidad, que después fueron adaptados en la cultura occidental por la religión cristiana.

Los ciclos agrarios están vinculados a los del sol, por lo que, desde el Neolítico, las sociedades agricultoras han encontrado en el solsticio de junio el punto de referencia para determinar cuándo comenzar a cosechar sus cultivos. La cultura cristiana adoptó esta tradición de origen pagano y la convirtió en la conmemoración de San Juan Bautista, que según la Biblia nació el 24 de junio. No fue la única, ya que el solsticio de invierno coincide con la Navidad, la Semana Santa está determinada por la primera luna llena tras el equinoccio primaveral, y el día de Todos los Santos es el punto intermedio entre el equinoccio otoñal y el solsticio de invierno.

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