
El espacio comarcal de análisis y debate Els Quatre Cantons ha reunido esta semana a cuatro voces clave del panorama político para examinar la relación actual entre la Generalitat Valenciana y la Marina Alta. En la mesa, han participado Alberto Robles, secretario comarcal de Més Compromís; María Josep Ripoll, portavoz del PSPV-PSOE en Dénia; Noelia Ciscar, diputada autonómica del PP en Les Corts; y Félix Redondo, portavoz comarcal de Vox.
Vivienda: coincidencias puntuales, enfoques opuestos
Uno de los pocos puntos en los que hubo sintonía fue en la necesidad de abordar la problemática de la vivienda en la comarca. No obstante, cada formación ofreció su propia visión. Compromís y PSPV-PSOE coincidieron en la urgencia de garantizar el acceso a la vivienda pública y proteger el territorio frente a la especulación. Ripoll acusó a la derecha de «negar la emergencia habitacional y el cambio climático», y cifró en más de seis millones de euros las ayudas perdidas en la Marina Alta tras la supresión del Plan Más Cerca.
Desde el PP, Ciscar defendió el Pla Vive como una herramienta que demuestra que “la Generalitat está encima del tema y en contacto directo con los ayuntamientos”. Además, reivindicó la reactivación de proyectos educativos paralizados en Calp, gracias al Pla Edificant.
En contraposición, Vox afirmó haber sido “el único que ha trabajado por la vivienda” en la comarca. Félix Redondo arremetió contra los anteriores gobiernos del Botànic, que a su juicio dejaron «chiringuitos catalanistas y abandono territorial».
Educación: confrontación por el Edificant
Sobre el Pla Edificant, Ciscar lo calificó como “bonito en el papel pero inviable en muchos municipios”, y denunció que la anterior Conselleria de Educación elevó los costes en ocho millones sin respaldo económico real.
Ripoll respondió poniendo sobre la mesa el caso del centro Raquel Payà, que necesitó una intensa presión para lograr dos millones de financiación. “No hubo voluntad política suficiente”, remató. Ciscar cerró ese bloque con un mensaje rotundo: “No se puede exigir en dos años lo que no se hizo en ocho”.
Lengua y modelo social: el choque identitario
El modelo lingüístico generó uno de los momentos más tensos. Tanto PP como Vox denunciaron lo que consideran una imposición del valenciano. Redondo defendió “el fomento de ambas lenguas, pero sin imposiciones”, mientras Ciscar argumentó que “hay margen legal y respeto lingüístico, aunque no todos se han leído bien las leyes”.
Por su parte, Ripoll fue tajante: “Hablar valenciano no es imponer nada, es garantizar un derecho que nos pertenece”. Además, denunció que la supresión del impuesto de sucesiones por parte del Consell conlleva recortes que “ya se notan en los servicios comarcales”.
Presupuestos y gestión de la DANA
La aprobación de los Presupuestos de la Generalitat de 2025, pactados entre PP y Vox, también estuvo en el centro del debate. Ciscar defendió que las cuentas “priorizan la reconstrucción” y destinan 2.364 millones de euros a las zonas afectadas por la DANA. Acusó a la izquierda de “utilizar la mayor catástrofe reciente como arma política”.
Sin embargo, Ripoll y Robles coincidieron en que las ayudas no compensan la “falta de estrategia territorial del Consell” y los recortes acumulados. Robles añadió que “la Marina Alta vuelve a quedarse atrás mientras otras comarcas avanzan”.
Diversidad y derechos: posiciones irreconciliables
El bloque final giró en torno a los derechos LGTBI. Robles alertó de “una deriva regresiva en derechos sociales” y acusó a Vox de marcar la agenda del Consell. Redondo lo negó tajantemente, defendiendo que “también él sufre agresiones por sus ideas”. Ciscar zanjó la cuestión asegurando que el gobierno apuesta por la seguridad y la convivencia sin dogmas ni imposiciones.