
Hace dos semanas, el sonido de unos débiles maullidos alertó a la asociación Catland sobre una posible emergencia en Xàbia. Los ruidos provenían de un edificio municipal abandonado, en un estado tan deteriorado que parecía imposible que algo o alguien pudiera sobrevivir en su interior. Sin embargo, un gatito estaba atrapado, luchando por encontrar una salida.
El equipo de Catland, junto con varios voluntarios, se desplazaron rápidamente al lugar. En un primer intento, lograron ingresar al edificio y realizar una búsqueda exhaustiva, pero no hallaron al animal. El enigma persistió hasta que, tras más intentos, los Bomberos descubrieron la ubicación precisa del felino: el animal estaba atrapado entre una pared interior de ladrillo y una estructura exterior de tosca, sin más espacio que un pequeño agujero de 4 cm para recibir agua y algo de comida.

Una operación que requirió paciencia y creatividad
El rescate no fue sencillo. Durante varios días, se utilizaron cámaras de inspección, tubos y redes, pero nada parecía funcionar. Fue la perseverancia y la coordinación entre todos los involucrados lo que permitió, finalmente, una maniobra exitosa para liberar al gatito.
Después de 12 largos días, el gatito fue rescatado. Aunque estaba asustado, se encontraba en buen estado físico, lo que permitió que su recuperación fuera inmediata. Una familia de Xàbia, que había seguido la historia desde el inicio, decidió adoptarlo, emocionada por el desenlace positivo.

El pequeño felino será llevado al veterinario en los próximos días para recibir la atención necesaria, incluidas las vacunas y una revisión de su salud tras tan angustiosa experiencia.